A todo el mundo se le cae el cabello. Poco o mucho, pero es un proceso natural. No obstante hay ciertas prácticas en su cuidado que pueden ser perjudiciales y que provocan una aceleración en los procesos de caída. Por ejemplo, a la hora de cortar el cabello, siempre hay que estar atento al instrumental que se usa, ya que se han de emplear tijeras bien afiladas. Una tijera defectuosa puede aplastar el cabello y por lo tanto dañarlo. Ese daño hace que cada cabello se debilite e incluso se divida en sus extremos, es el fenómeno conocido como de puntas abiertas.

HORQUILLAS, GOMAS Y OTRAS SUJECCIONES DEL CABELLO

Este consejo básicamente apela a la lógica. Por ejemplo, parece obvio que emplear gomas no puede ser bueno para el cabello. Lo aplasta y lo reprime. En cuanto a las horquillas, las que se deben usar tienen que ser de superficie lisa, sin un estriado que dañe el pelo, y las mejores son las que tienen en su parte final una bola que suaviza el contacto con el pelo. Otro tipo de horquillas que se usan son las llamadas de clip. Si se usan, hay que procurar se tengan su interior acolchado y si no es así que sean lo más holgadas posible. Si bien, hay que tener claro que cualquiera de ellas dañan el cabello, lo que es inherente a su función, al ser objetos que tratan de inmovilizar el pelo para mantenerlo en una posición precisa.

UN SENCILLO REMEDIO PALIATIVO

Parece imposible que aquellas personas que tengan el cabello largo dejen de utilizar horquillas, gomas o broches. Para minimizar sus efectos negativos hay que procurar que se varíe la posición de estos objetos. Si no se hace así, siempre recae una tracción sostenida en los mismos puntos del cabello, lo que puede provocar finalmente la alopecia.

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