Sin duda, uno de los problemas estéticos que más afectan a los hombres es la pérdida de cabello. De hecho, y según un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM) de Estados Unidos, más de la mitad de los varones mayores de 50 años sufrirá algún tipo de calvicie.
Aunque esta problemática puede clasificarse según diversos criterios, en función de su origen y de la forma en que se manifieste, la más habitual es la alopecia androgénica, también conocida como alopecia androgénetica o calvicie común, que está detrás del 95% de los casos y que afecta principalmente a los hombres.
No obstante, a veces la calvicie puede responder a otras razones, tales como haber recibido algún tratamiento contra el cáncer (como la quimioterapia) y el consumo de ciertos medicamentos o esteroides anabólicos, así como determinados trastornos en la tiroides.
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¿Cuál es el origen de la calvicie androgénica?
La calvicie androgénica está relacionada con la dihidrotestosterona, un tipo de hormona masculina que, cuando actúa de manera agresiva sobre el folículo piloso —responsable del crecimiento del cabello—, provoca su atrofia progresiva. A su vez, la dihidrotestosterona está estrechamente ligada a la testosterona, lo que explica por qué la calvicie androgénica es más mucho común en los varones que en las mujeres.
Cada cabello tiene su propio ciclo de crecimiento, que se divide en tres fases: crecimiento (anágeno), transición y regresión (telógeno), que afecta a menos del 20% del pelo.
Sin embargo, cuando se padece el problema descrito, el proceso acaba alterándose. Quienes lo sufren ven cómo sus cabellos se vuelven vez más débiles, cortos y finos, hasta que los folículos terminan desapareciendo.
A pesar de que en algunos casos este proceso se inicia en la adolescencia, los efectos de este tipo de alopecia empiezan a manifestarse especialmente entre los 30 y 40 años.
La calvicie androgénica tiene una base genética. Es decir, un hombre cuyo padre o cuyos abuelos hayan sufrido alopecia tiene más posibilidades de pasar por lo mismo, dado que el gen responsable es dominante. Además, éste puede heredarse tanto del padre como de la madre.
¿Cuántos cabellos se pueden perder al día?
Teniendo en cuenta que, como se ha dicho antes, cada pelo posee un determinado ciclo de crecimiento, la pérdida de cabello es un proceso que se manifiesta en cualquier persona. De hecho, se considera normal perder hasta 100 cabellos diarios.
En cualquier caso, existen diferentes situaciones que pueden hacer que esta cantidad aumente. Normalmente, clasifican según la distribución, evolución y reversibilidad del proceso. Así, podemos diferenciar dos tipos de caída del cabello:
1) Efluvios, consistentes en pérdidas de pelo generalmente difusas y que pueden responder al uso de quimioterápicos para el tratamiento del cáncer, a alteraciones hormonales o a estados carenciales de proteínas y vitaminas en el organismo. En otros casos, la caída difusa aparece al cabo de dos o tres meses, debido a diversos factores desencadenantes como el estrés, cirugías mayores, fiebre, infecciones o un déficit de hierro.
2) Calvicie. Aunque, como se ha visto, la calvicie androgénica es la más habitual, otro tipo de alopecias se manifiesta en forma de manchas sin distribución específica, como las debidas a una infección del cabello por hongos, a procesos autoinmunes en la alopecia areata —una dolencia que afecta a los folículos pilosos— y a otras enfermedades que afectan a la dermis.
¿Se puede evitar la caída del cabello?
Si bien los factores causantes de la caída de cabello a veces son difíciles de combatir —sobre todo, en el caso de los efluvios—, existen procesos de calvicie que son reversibles en su totalidad: por ejemplo, los secundarios a quimioterápicos para el tratamiento del cáncer. En otros casos, es necesario identificar qué es lo que provoca la pérdida del cabello (y por supuesto, que esto pueda ser tratado).
Por otro lado, hay que tener en cuenta que también es posible actuar de manera precoz, evitando secuelas cosméticas, sobre todo en los casos de calvicie androgénica y enfermedades dermatológicas.
En efecto, la caída del cabello se puede prevenir y, además, sin necesidad de recurrir a un tratamiento médico.
¿Qué hay que hacer ante la pérdida del cabello?
Ante una pérdida anormal de cabello, se debe acudir cuanto antes a un especialista, sobre todo si ésta se produce tras haber consumido una nueva medicación, o bien cuando se manifiesta junto a otros problemas de salud.
Durante el examen, los facultativos realizarán una historia clínica y diversas pruebas médicas —que pueden incluir una biopsia de la piel, un análisis de sangre y un estudio de las condiciones fúngicas del cuero cabelludo o de la presencia de posibles trastornos nutricionales — para descartar que el problema tenga que ver con el estado de salud del paciente. En efecto, éste puede ser el origen de la calvicie cuando hay enrojecimiento, dolor, una erupción cutánea, descamación del cuero cabelludo o un patrón inusual en la pérdida del cabello.
El tratamiento prescrito dependerá del diagnóstico realizado a partir de estas variables.
¿Cuáles son los tratamientos contra la caída del cabello más eficaces?
Cuando el paciente no ha seguido hábitos para la prevención de la caída del cabello, es posible recurrir a un tratamiento médico que debe realizarse bajo supervisión de un especialista, ya que puede tener efectos secundarios.
Uno de los tratamientos tópicos —es decir, mediante aplicación directa en la zona— más eficaz es el minoxidil, válido para diferentes tipos de calvicie. En cuanto al fármaco administrado por vía oral más efectivo, habría que referirse a la finasterida, sobre todo a la hora de luchar contra la alopecia androgénica.
En relación con los complementos vitamínicos, éstos sólo son eficaces cuando la caída del cabello responde a un déficit de vitaminas, algo que es muy poco frecuente en los países occidentales. En este ámbito, esto sólo suele ocurrir si se sigue una dieta hipocalórica o si se padecen trastornos alimentarios, como la anorexia o la bulimia.
Por lo que respecta a los preparados cosméticos, no se trata de medicamentos y, por lo tanto, se pueden utilizar sin prescripción médica para mejorar la apariencia del cabello (por ejemplo, para aumentar su grosor del cabello para que parezca que hay más cantidad). Sin embargo, lo cierto es que ni aumentan la cantidad, ni evitan su caída.
En cualquier caso, y según los expertos, el tratamiento más efectivo contra la calvicie es la prevención. Por eso, el uso desde la adolescencia de productos contra la caída del cabello, como las lociones y champús Alpecin, puede ser una excelente opción para evitar la pérdida del pelo en el futuro.
¿Cómo hay que cuidar el cabello?
El cabello se debe lavar tantas veces como sea necesario, ya que disminuir la frecuencia no reduce la caída del cabello. Lo que sí es importante es optar por champús con un pH neutro y que no sean agresivos, y evitar recurrir a tintes, permanentes y secadores, ya que contribuyen a debilitar el pelo.
En el caso de personas con el cabello largo, también es importante prescindir de recogidos demasiado tirantes, ya que se dan casos de alopecia por tracción, donde se observa una regresión de la línea de implantación del pelo.